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Crónicas gafapastosas, por Nozomi Koizumi
Érase una vez un individuo con pelo rizado con un par de gafas horribles y grandes de nerd. Su única meta en esta vida era obtener una maestría de analista de series y películas ochenteras de clase Z
«¿Qué entrada en mi blog publicaré hoy?», meditaba el joven cuando iba por las calles adosadas de adoquín en su humirde pueblo yamshano. Llevaba dos años sin estrenar su blog y postear ni una sola entrada.
Cuando, de pronto, se topó con un poste de luz y se golpeó el cerebro. Sus «hermosas» gafas de lente de botella se cayeron a suelo producto de ese choque.
-Nooooo, maldita sea, nooooo -exclamó tristemente el gafapastas al mismo tiempo que recogía los restos de lo que alguna vez fueron sus lentes para leer.- ¿Qué hare ahora? ¿La pinta de nerd que tan sensualmente tenía y me hacía el centro de atención de las chicas ha desaparecido para siempre?