Historia invitada

Había una vez una depravada yaoiera peruana que vivía en un local constantemente asolado por ataques zombies. Un buen día, apareció el Dios de los gafapastas y le propuso una prueba de valor: “¿Eres novelista? Escribe una historia para mi blog y yo, en mi infinita sabiduría, te libraré de ese mal que te aqueja. ¡Pero cuidado! Debes tenerla lista en menos de una hora o los zombies volverán mientras se quejan y se sienten profundamente ofendidos” Aquel día nació este cuento, que yo transcribo tal y como lo encontré manuscrito. Pero me temo que nunca sabremos el destino de esa mitológica autora. Algunos investigadores sostienen que era la perfección encarnada en humana.

Crónicas gafapastosas, por Nozomi Koizumi

Érase una vez un individuo con pelo rizado con un par de gafas horribles y grandes de nerd. Su única meta en esta vida era obtener una maestría de analista de series y películas ochenteras de clase Z

«¿Qué entrada en mi blog publicaré hoy?», meditaba el joven cuando iba por las calles adosadas de adoquín en su humirde pueblo yamshano. Llevaba dos años sin estrenar su blog y postear ni una sola entrada.

Cuando, de pronto, se topó con un poste de luz y se golpeó el cerebro. Sus «hermosas» gafas de lente de botella se cayeron a suelo producto de ese choque.

-Nooooo, maldita sea, nooooo -exclamó tristemente el gafapastas al mismo tiempo que recogía los restos de lo que alguna vez fueron sus lentes para leer.- ¿Qué hare ahora? ¿La pinta de nerd que tan sensualmente tenía y me hacía el centro de atención de las chicas ha desaparecido para siempre?

Sigue leyendo